viernes, 1 de junio de 2007

Satisfacción de Grupo:


El otro día reflexionaba sobre la satisfacción de grupo, que es sin duda más costosa que la individual, pero que llena más, y sobre todo en estos tiempos de individualismo y cosificación de las relaciones, experiencias como esta nos devuelven al corporativismo, a la sensación de ser parte de un todo integrado e integrador.

Me siento orgulloso de compartir con mis compañeros el trabajo, el tiempo y la satisfacción. El otro día realizamos una exposición y la verdad es que salió bastante bien, es verdad que trabajamos en nuestro tema, que no solo teníamos claras las ideas del trabajo sino que también sabíamos lo que teníamos que hacer. Exponer no es soltar un rollo para salir el paso, exponer un tema es seducir al oyente, es facilitarle el acceso a un conocimiento en el que tu has empleado horas en unos pocos minutos, es en definitiva comunicar y relacionarte con tus compañeros en un espacio de aprendizaje. Evidentemente también significa aceptar la parte de tu responsabilidad en la construcción del conocimiento, y esa experiencia en grupo supone la comunión de los miembros del grupo que actúan a una sola voz, donde las discusiones se canalizan y se proyectan en una liberación positiva y constructiva, en el que oyes por voz de tus compañeros el discurso construido en conjunto.
Es mi segunda experiencia en grupo y puedo asegurar que es toda una experiencia vital, nunca habíamos tenido tanta responsabilidad ni tanta satisfacción por el trabajo bien hecho, esto es el resultado de un buen método, de unas buenas orientaciones por parte del profesor y por un tema que nos ha interesado y en el que nos hemos implicado.
Más adelante habrá tiempo para hacer algunas aportaciones críticas, pero hoy prefiero quedarme con el buen sabor de boca, aunque no hay que olvidar que de lo que más aprendemos es de los errores y hay que aprender a “desnegativizar” el acto de equivocarse, siempre que este sea consciente y se pueda dar cuenta, siempre que se pueda hacer crítica constructiva hay posibilidad de cambio y de aprendizaje en definitiva.

(La foto pertenece a un almendro en el Campus de Somosaguas, creo que es un espectáculo digno de compartir)
S.Christian Orgaz Alonso

1 comentario:

Roberto Carballo dijo...

¡Excelente!, sólo te pediría que el orgullo lo convirtieras sencillamente en satisfacción. Por desgracia, los orgullos han causado demasiadas guerras. Un abrazo y gracias por tu participación. Te has convertido en imprescindible, Roberto Carballo